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No me lo van a creer, pero hoy por la mañana... Así empieza Juan su excusa diaria por llegar tarde a la escuela. Hasta que un día, el maestro les hace una advertencia: A partir de hoy no se admiten retardos y quien no logre llegar puntual dejará de formar parte de este grupo. Juan, por alguna extraña razón, sigue apareciendo ante el grupo con su: No me lo van a creer.

NO ME LO VAS A CREER

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  • ALICIA MOLINA

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