Me habría gustado conocer en persona al doctor Romeo Vargas Pérez. Con seguridad, después de tomar una jícara de pozol, le habría pedido recorrer Chiapa de Corzo para escucharlo contar los recuerdos que le despertaban las calles de su pueblo y las historias que le contaron voces más antiguas. Habría sido un honor reconstruir el pasado a través de sus anécdotas, para entonces comprender cómo, gracias a la tradición y al orgullo que la gente tiene por el origen, es que una ciudad puede seguir creciendo y hasta entrar a la modernidad, sin necesariamente perder su magia.
Por suerte Norma Vargas Macossay decidió recopilar los que ella consideró los mejores escritos de su padre y, a modo de homenaje póstumo (esto no lo sé de cierto, lo adivino), conformar este libro que se vuelve un regalo para los chiapanecos y para todos los que amen esta tierra.