Este libro postula una interpretación sumamente creativa de la transición a la democracia en algunos países de América Latina. Reconstruye parte del proceso de formación del nuevo orden liberal, el que va de 1983 (año en el que termina la dictadura argentina) a 2006, momento en el que se manifiesta la crisis de las transiciones. Además, propone el concepto del olvido para interpretar el giro conservador que experimentaron muchos de los procesos de democratización en América Latina.